Monotónicos y monocromáticos
silenciosos y estigmáticos
de círculos concéntricos
que se tachan y desdibujan
en evolución a círculos y óvalos
rectangulares perfectos y enlazados.
Ideales convergentemente
convivientes y exitosos
de claridades y verdades
en la búsqueda del PI idiomático
en letras redondas sin decimales
más que por necesidad, por divertimiento.
Des- e in- enfrentados contra raíces
bañados en colores primarios
y policromía polisarcástica
donde la poesía se disfraza de dis
y de polis
o de lo que tú quieras
y yo quiera entender hacerte.
Versos que de besos se visten
de caricias a la lengua castellana
y en las estrofas guiñoles de inocuidad
trascendencias embadurnadas
de azúcar, sal o sequía.
Poesía serendípica, amada mía.
Eres alquimia volada
química policromática en blanco
polimorfa y flexibilidad colorida
de un experimento frontal
de un choque vespertino
de un balance enigmático
donde cada verso
toma su propia historia y
la palabra “tú”
se vuelve automatismo
en lectura fría
mientras el “yo” saborea
a fuego lento
la libertad de mi mente.
Madre, enfermera y aprendiz de poesía:esta soy yo. Poco más que decir, quizás un poco mente inquieta podría definirme también.
Aunque de siempre algo dentro de mi sabía de mi necesidad de escribir, no ha sido hasta ahora que gracias a la vida y a sus serendipias que aquí estoy.
Deseo que os gusten mis poemas y si no, seguiré avanzando para que así sea.
Y en todo ese transcurso, yo, feliz de estas reflexiones constantes, profundas y a veces intensas y experimentales que toda y todo poeta lleva en su interior y que desde su ser trata de plasmar en sus versos.
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