Sueño premonitorio, día feliz
y golpe en pecho,
asistolia que se mantiene
ni la RCP ni la adrenalina sirven.
El ser que habita aún, inconsciente
a su alma abraza en su propio suspiro
a sabiendas de que su espíritu
y su cuerpo
han llegado a su destino.
Masajes, ventilaciones y adrenalina
intentos fallidos, un tren y una vía
donde esa parada se atisba
como el final de la vida.
Monitor, cables y palas
adornos inútiles,
otro despertar le avienta
en la fluidez auténtica de su ser
en pleno ascenso creciente
de su consciencia.
4 H y 4 T valorados con inmediatez
-¡Oh no! Shock hipovolémico severo.
-¡Corred! el quirófano se vuelve
la antesala de una muerte
demasiado cercana.
Última parada del tren de esta vida.
Por la mente de ese ser, aún viva
en un cuerpo medio inerte y cohibido
se destellan pensamientos
claros y lúcidos:
la película de la vida.
Por la emoción, ahora despierta
el amor incondicional desde la luz
es bien comprendido:
a pesar del dolor causado y recibido
todo está bien, ha crecido.
Su conciencia, tranquila,
le acuna en el aparente frío.
Bisturí, pinzas, electrocauterizador
hematíes, plaquetas, suero y suerte
benditos instrumentos
que a la vida al fin le sostienen.
La vía del tren se alarga
la parada se difumina…
otro nuevo amanecer alumbra
desde el puro crecimiento espiritual
a un niño recién nacido
y a su reciente madre moribunda.
Dos nacimientos ha habido
y un reciente padre, aliviado
vuelve a su ser tras lo que se supone
hubiera sido, el día más feliz de sus vidas.
PD: A todas las futuras mamás, dad a luz en el hospital, ya que, a veces este proceso vital, puede traer complicaciones que cortan la vida.
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